Lo cotidiano es verme en el espejo de cualquier hotel.
Despertar temprano, trabajar lejos y fuera de mí.
Semblante cansado pero sin sufrir por hambre ni desamores.
El amor florece y es tanto el miedo de uno
a que el cristal no se rompa.
a que no se vean las heridas y cubrirlas con las manos
aunque no sirvan de nada.
Olvidar para vivir.
Ahora que es viernes y pensar que estarás sentada
en la terminal renunciando a tus dudas.
Que aunque no sepa hacer nada
me esperas y rompes los miedos sonriendo al universo.
Todo comienza en ti porque a cada despedida
tu eres el camino de regreso.
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