Son las 10 y es aburrida la oficina.
No es como ir a beber café, donde dos de azúcar se necesita para estar bien.
No son las prisas y apuros, como la gracia de no encontrar tu pantalón que escapó de la cama por una esquina.
¡Son las 6! Y un mensaje me advierte que te he olvidado todo dia.
Ay querida;
si supieras cuan hermoso desastre me haz hecho en la cabeza.
Árboles crecen, paredes rayadas de colores y lluvia a la hora de salida.
Justo aquí;
lo que alguna vez fue una triste oficina.
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